Mesas

«Tallar» esta web

Siempre me enamoró Miguel Angel Buonarroti. Y recordar aquella historia del David en el pasillo de la Academia todavía me eriza la piel. Aún soy capaz de sentir aquellas mismas emociones que me llevaron al llanto por primera vez en mi vida. No fue la última.

Y me quedé enamorada de la historia y de su protagonista. Eternamente.

Mientras tanto, al otro lado, Sócrates acaparaba mi otra mitad, y ambos se convirtieron sin saberlo (¡qué hubieran pensado ellos!) en dos caras de una misma moneda, en dos piezas que encajaban perfectamente en mi manera de entender el mundo, a pesar de los muchos siglos de diferencia.

Y es que creo que hay realidades que subyacen por debajo de lo que somos, y que están dormidas u ocultas. Realidades que duermen escondidas hasta que llega una mano de nieve que sepa arrancarlas como el viejo arpa olvidado de Bécquer.

He «tallado» esta web pensando en todo momento que mi trabajo de partera no ha sido otro que ayudar a dar a luz a tu grandísima obra, Jose. Vasta en cantidad, pero sobre todo en calidad. La misma calidad humana de la que disfrutamos los que tenemos la suerte de estar en tu elenco de amigos.

He «tallado» esta web a sabiendas de la responsabilidad que tenía en mis manos, intentando dar el toque preciso, gubia en mano, y el punto perfecto a cada rincón, a cada bloque, a cada apartado… que no hacía otra cosa sino retratarte de la forma más fiel y precisa para poder enseñarle al mundo la obra de una persona que también se ha tallado a sí misma. Y como tal, ha sabido quitar todo lo banal, para quedarse solo con la esencia.

He «tallado» esta web con una inmensa ilusión. Sabes que alguna vez te hablé de ello y creo que los artistas tenéis el deber y la obligación moral de compartir vuestro hacer y quehacer con el mundo. Esa riqueza le pertenece al universo. Y a nosotros, por ende, también nos pertenece un pedacito.

He «tallado» un 50 imaginario por debajo de esta web, sabiendo que 50 años no es nada, y adivinando el parpadeo de aquella canción de aquel apuesto Gardel. Ya sé que eran 20, pero yo quiero hablar de 50. Y de otros 50, y de otros 50 más… No le sucede a cualquiera, pasar a formar parte de la historia eterna de tu ciudad. Es privilegio solo de unos pocos.

He «tallado» esta web mientras era partícipe de un disfrute tal, que me atrevo a hablar con todo conocimiento de éxtasis místico al que llegaba a través de la palabra, de tu palabra precisa, oportuna y perfecta, que me hacía vivir y revivir cada frase a golpe de gubia.

He «tallado» esta web recordando tus palabras en el Museo de nuestra ciudad, que solo unos pocos tuvimos el privilegio de vivir, con emoción contenida; museo que alberga tu obra eternamente, como la de tantos otros grandes que te precedieron.

La historia se repite. Como las grandes historias del mundo…

Con cariño, de «tallista» a tallista.

Marivi Lastra

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