Quién soy

¿Viviendo un sueño o soñando una vida?

Son días raros, vivimos una situación que nos parece irreal, o al menos, se ha separado
mucho de la realidad que conocíamos y de la que disfrutábamos casi sin saberlo. 

Son días de temores presentes y de futuro incierto, pues no sabemos ni cómo, ni cuándo podremos
volver a la normalidad, y si esa nueva normalidad se parecerá a la que antes conocíamos.

Son días en los que lo irreal se funde y se confunde con lo real, en un tiempo donde ya
empezaba a ser difícil diferenciar entre el presente y el futuro. Es un tiempo absolutamente
nuevo e inesperado que nos ha sobresaltado a todos, un momento en el que me parece más
oportuno que nunca, esta invitación a la reflexión que supone plantearnos quienes somos y
de este modo valorar lo que tenemos, y hacia dónde queremos dirigir nuestro nuevo
camino, que casi con seguridad, será distinto al que teníamos previsto.

Para responder y respondernos con máxima honestidad a la pregunta de “¿Quién eres?” es
ineludible esa dosis de reflexión y de mirada interior. La respuesta no puede quedarse en
aspectos superficiales y exige un nivel de profundidad y de sinceridad que no siempre
estamos dispuestos a asumir. Implica mostrarte tal como eres, sin filtros ni protecciones,
parapetos a menudo necesarios en un mundo generalmente hostil.
Asumo, en todo caso, el reto conociendo la dificultad que conlleva, especialmente en un
caso como el mío, tan atípico y seguramente tan antipático.

LA REALIDAD SUPERA A LA FICCIÓN es una de esas frases hechas que todos hemos
escuchado cientos de veces, y ahora más que nunca estamos sufriendo su certeza.
Siguiendo esa lógica antinatural MI VIDA HA SUPERADO MIS SUEÑOS.
Escribo esto con la honestidad antes comprometida y con la tranquilidad que da saber que
no tengo ningún mérito sobre esto, sino al contrario, pretende ser una forma de agradecer
al destino la vida que me ha reservado. Entiendo y acepto sin ningún inconveniente que
quien lea esto comience a odiarme para siempre, si es que no lo había hecho ya. Después
del titular, os contaré algunos detalles…

Mi nombre es Jose Antonio Pérez. Nací en Zamora el 13 de junio de 1970, así que en estos
momentos estoy asomándome al “abismo” de los 50, con todo lo que supone cada cambio
de década en nuestras vidas. En cualquier caso, es un pequeño “abismo” personal para
añadir a la gran catarsis general, que se nos plantea a todos aquí y ahora.

Mis primeros años los recuerdos felices. Desde muy temprano sentí una vocación muy clara
hacia la talla en madera. El oficio de mi padre trazó claramente mi camino. Él fue mi primer
maestro en esos tiempos iniciales antes de completar mi formación académica en
Salamanca. A él le debo dos cosas fundamentales: por una parte, que me transmitiera sus
conocimientos del oficio, y por otra que fuera capaz de contagiarme su pasión por la talla en
madera.
Este oficio de larguísima tradición en Zamora, es en mi opinión (nada objetiva) el más
bonito que uno puede tener en mi ciudad. Ser un maestro tallista en Zamora viene a
suponer ser un gondolero en Venecia, por lo menos. Si mi padre resultó crucial en lo
profesional, mi madre lo fue en lo personal. Aunque en su caso me resulta imposible
resumir lo que le debo, pues resulta complejo resumir en alguna parte toda la dedicación y
amor que una madre entrega de manera incondicional a un hijo.

En este capítulo más personal tengo que confesar que soy igualmente afortunado.
Comparto mi vida desde que éramos muy jóvenes con Marta, una persona maravillosa a la
que jamás hubiera optado ni de lejos, en atención a una cierta justicia, pero los astros se
aliaron para premiarme una vez más por encima de mis méritos.
Iniciamos nuestra vida en común hace ya unos cuantos años y tenemos dos hijos. Ahora los
cuatro formamos una familia feliz (todo lo feliz que puede ser una familia con dos hijos
adolescentes, tampoco nos engañemos).

En líneas generales este soy yo.

 

¿Viviendo un sueño o soñando una vida?

jose antonio perez tallista
Mi vida ha superado mis sueños

Pasión por la talla

Desde muy temprano sentí una vocación muy clara
hacia la talla en madera.

El oficio de mi padre trazó claramente mi camino. Él fue mi primer
maestro en esos tiempos iniciales antes de completar mi formación académica en Salamanca.

A él le debo dos cosas fundamentales: por una parte, que me transmitiera sus conocimientos del oficio, y por otra que fuera capaz de contagiarme su pasión por la talla en
madera.

Si quieres encontrarme... búscame

entre los nudos de la madera.

Pin It on Pinterest